En el transcurso de una vida se cierran muchas etapas, pero como ocurre con las estrellas, la muerte de unas
es el naciemiento de otras.
Aqui termina un viaje de 14 meses, se termina la vida nómada que hemos llevado todo este tiempo, se
termina la rutina de montar en la bicicleta y esperar, simplemente, que las cosas vayan sucediendo...donde
comeremos? donde dormiremos? a quien conoceremos? en definitiva, dejarte llevar por el destino.
Cada pedalada, cada risa, cada lagrima, cada buen y malo momento vivido nos han llenado, nos han hecho
vivir, aprender y sobre todo, nos han enseñado a valorar las pequeñas cosas.
Hemos visto gente con muy pocos recursos, gente pobre, humilde y trabajadora pero risueña, amable y
hospitalaria, que nos han hecho aprender que los bienes materiales, la riqueza y el dinero no dan la felicidad.
Hemos llevado una vida autosuficiente, arrastrando con la bicicleta las pocas cosas que se necesitan
realmente para vivir.
La percepción de la vida cambia, es un constante aprendizaje.
Tambien ha habido malos momentos, cuestas interminables, mal tiempo, la maldita burocracia, malas
carreteras, discusiones y estres. Pero todo eso ya está olvidado. Es increíble la capacidad del ser humano de
olvidar lo malo y quedarse solo con lo que realmente importa, los grandes momentos, conocer nuevos
amigos, reirse, pedalear por buenas carreteras, comer una comida sencilla en un comedor local, hablar por
señas con la gente, dejarte invitar a una comida o invitar a comer a un personaje que aparece. Eso es lo que
queda.
Hemos visto paisajes increíbles, bosques tropicales, montañas brumosas, playas, ríos y barrancos, desiertos
interminables, rocas, picos y montañas nevadas, pueblos pintorescos, ciudades que no duermen, grietas,
glaciares e islotes, lagos, templos y palacios, mezquitas, fantásticas fortalezas y ciudades amuralladas... pero,
como siempre sucede, lo mas grande en un viaje es hacer nuevos amigos y conocer gente interesante con
quien compartir batallitas, reírse y hablar de la vida.
Creemos haber acertado de pleno a la hora de hacer el viaje en bici. Es perfecto para introducirse un poco
en la vida de la gente, conocer su cultura, vivir de cerca sus costumbres, tener una conversación con un
lugareño, ver de que viven, si son felices y conocer gente local sin estar condicionados por el turismo.
Ademas ocurren cosas que de ninguna otra manera ocurrirían.
Pero esto se acaba, y ahora toca volver a casa, una buena ducha, con un buen chorro, una cama blanda,
calor, buena comida, tener una vida un poco mas rutinaria... Pero lo mejor es el reencuentro con la familia y
los amigos. Sentirte querido y próximo a tu gente, que son los que siempre están ahí.
Un viaje frenético, vivido con intensidad, apasionante... ya forma parte de nosotros, de nuestro
ADN, esta en cada célula, en la mente, en la retina, en el recuerdo...ya no somos los mismos que
comenzaron este viaje, nos llevamos en lo mas profundo de nuestro corazón, de nuestra alma, la experiencia
mas grande de nuestras vidas, una experiencia magnifica, inigualable, auténtica, única.
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